LA ESTANDARIZACIÓN DEL COCTEL COMO EL PRINCIPAL PROBLEMA DE LA ALTA COCTELERÍA
Hace poco tiempo, en uno de esos programas tan de moda sobre alta cocina que existen en televisión, veía como la cocteleria empezaba a tener protagonismo, quizás de una manera no muy positiva, pero que su lectura planteaba un debate, el cual me sirvió para escribir esta nueva entrada de blog.
“Los cocteles están
malos en general, hay pequeñas cosas que se van cambiando poco a poco en la
barra y que hace que los cocteles no se reconozcan”, las recetas no se han
cambiado, pero los cocteles no son tornillos, dependiendo quien supervise esa
ejecución, el resultado del coctel puede ser de 10 o puede ser 4, haciendo
coctelería vinculada al sabor, al igual que en la cocina, esto es esencial.
David Muñoz.
David Muñoz.
EL PROBLEMA DE
ESTANDARIZACIÓN DEL SABOR. LA ORQUILLA DE SABOR DE 8 a 10 EN COCTELERÍA VS EL 10 COMO ÚNICO OBJETIVO EN ALTA COCTELERÍA.
Quizás esa sea la magia de la coctelería, al igual que la
cocina, las recetas son universales, pero no todo el mundo es capaz de
ejecutarlas dando el mismo resultado, quizás porque más allá de la receta y el
conocimiento profesional, hay algo más complejo en todo esto.
En cualquier receta y a cualquier nivel, este conocimiento
por parte del bartender es esencial, y por tanto el resultado final tenga que
ver más con estos factores que hacen que un trago sea de 4 o sea de 10 en la
misma barra de un bar, como bien expresa David Muñoz. Y ahí es donde la estandarización y su control efectivo entran en juego.
Todos los barmanager sabemos que estandarizar el sabor de
nuestros cocteles, es conseguir que todos los días y durante todos los momentos de este, nuestros cócteles mantengan el mismo nivel de calidad, y por tanto, se reconozcan, y por consiguiente, sabemos que cosas
debemos cuidar y a través de que procedimientos de supervisión para
que esto se lleve a término.
Bien es sabido, que mantener el 100% de resultado en coctelería, es casi imposible, por lo que asumimos una horquilla de calidad sobre la que podrá fluctuar nuestro resultado final, y sobre la que nosotros pondremos el baremo de control y la línea de alerta. Estamos hablando, de lo que he denominado personalmente la horquilla de sabor. Por lo que si hablamos de coctelería profesional deberemos movernos siempre en una horquilla de sabor de 8 a 10 en cuanto a nivel de calidad de nuestro sabor mater. Sabor creado desde matriz y donde por debajo del 8, el cóctel y por tanto su sabor y estructura, empieza a no reconocerse.
Bien es sabido, que mantener el 100% de resultado en coctelería, es casi imposible, por lo que asumimos una horquilla de calidad sobre la que podrá fluctuar nuestro resultado final, y sobre la que nosotros pondremos el baremo de control y la línea de alerta. Estamos hablando, de lo que he denominado personalmente la horquilla de sabor. Por lo que si hablamos de coctelería profesional deberemos movernos siempre en una horquilla de sabor de 8 a 10 en cuanto a nivel de calidad de nuestro sabor mater. Sabor creado desde matriz y donde por debajo del 8, el cóctel y por tanto su sabor y estructura, empieza a no reconocerse.
Este concepto de horquilla de calidad permitida sobre el concepto de sabor mater, es el objetivo de
la cocteleria a nivel profesional, y parte de la idea, de que existen numerosos
elementos que pueden incidir en la calidad final del sabor del coctel, y que se
escapa a nuestros controles profesionales.
El elemento humano que interviene en la coctelería, hace que
buscando siempre el 10 en sabor, podamos tener días u horas, que ese nivel baje
hasta 8. Siendo el 8, el umbral de alerta en cuanto a que la variación de sabor
de nuestros cocteles tiene como problema un elemento interno subsanable
mediante los procedimientos de control de barra.
Pero si esa exigencia se traslada a alta coctelería, al
igual que en la cocina, donde el sabor como todos los elementos de restauración
en ese nivel buscan la excelencia, la creación del coctel está vinculado
100 por 100 al sabor del mismo, por lo que requerirá siempre conseguir el 10 en la
ejecución del sabor marcado por la matriz. Dado la pretensión en la creación del coctel, y su posterior éxito vertebra precisamente en la sorpresa que despertara el sabor de la creación.
Por tanto, ¿que hace que en una barra, los cocteles
sufran esas caídas de calidad?
FACTORES QUE INFLUYEN
EN LA ESTANDARIZACIÓN DEL SABOR.
Existen varios factores dentro del proceso de construcción
del coctel que afectan a la estandarización del sabor, y que una vez
configurados en la Matriz (personas que desarrollan el signature cocktail),
deben trasladarse a la barra para la compresión en su fase de pre elaboración,
y supervisación posterior, para garantizar esa continuidad en la calidad e
identidad del propio sabor.
-
Cuando creamos un coctel en concepto, buscamos una identidad
de sabor, en la que la fase de ejecución cada elemento que la conforma debe
estar perfectamente diseñado y transmitido. Cada fase de su confección debe
estar perfectamente interiorizada por el bartender, para que ese proceso de
ejecución se estandarice en resultado. Entonces, ¿cuales son los factores que
pueden hacer que el resultado no sea el mismo?
1. Los problemas en su preparación. Los Homemade.
Al igual que en la cocina de vanguardia, el trabajar con
productos naturales y de máxima calidad, nos permite crear platos únicos, con
personalidad y con una posibilidad de sabor muchos más amplia entre los
elementos de balance. Ya lo comente en mi entrada de blog sobre el curso tiki
impartido por los Hermanos Perez, crear ingredientes homemade nos permite
profundizar en el proceso de creación del coctel, pero a la vez, y en
contraposición, nos presenta un serio riesgo sobre el control de la
estandarización en el balance del sabor. Este proceso de balance requiere
prescindir a veces hasta de exactitud de medidas, puesto que un ingrediente u
otro pueden sufrir evolución con el paso del tiempo o en los procesos de
elaboración del homemade. Una evolución con mucho menos riesgo con productos
comerciales desarrollados sobre la base de esa estandarización de producto.
Este debate sobre homemade y productos comerciales, no acontece en esta entrada
de blog, y permite un desarrollo posterior,
lo que sí es un hecho, es que ese riesgo en las barras donde la
estandarización del sabor mater es la clave del éxito del cóctel en sí,
requiere un examen profundo en cuanto a los gestores de estas barras, donde el
control de los preparados debe ser exhaustiva.
2. Los problemas en su ejecución. Las
técnicas.
La técnica de ejecución, quizás sea otra de las claves a la
hora de analizar esa estandarización en la calidad del sabor. El proceso de la
coctelería al igual que en la cocina, es mágico, porque como dice David Muñoz,
no trabajamos con tornillos, y el factor humano, puede llevar a un cierto
desajuste en el resultado final. Un mal shake, una mala ejecución en los
tiempos de construcción, el cansancio… como hemos dicho con anterioridad, es
muy difícil que de dos cocteleras con diferente dueño, salgan cocteles exactamente
igual, quizás esa horquilla de sabor de 8 a 10 como indicativo de umbral de
calidad en gestión de barra, manifiesta ese factor humano, que en la alta
cocina o alta cocteleria donde solo el 10 es posible, encuentre su mayor
obstáculo. El bartender es humano, y sus técnicas aún están más limitadas que
la cocina. Quizás ese factor de 8 a 10 deba reducirse a 9, pero debería tenerse
en cuenta, por aquellos grandes chef que ven en su cocteleria otra forma de
manifestación, y trasladan esa exigencia a sus barras.
3. La supervisión de la continuidad en la
calidad del sabor.
Y por último, y más importante, es que esa continuidad en la
calidad de sabor, se mantenga durante todos los días y en todos los momentos en
los que el restaurante presenta su oferta. Los cocteles no entienden de menú
degustación a día de hoy, sino que requieren de una carta, de una oferta
vinculada a la decisión del consumidor, y esto hace que la supervisión de barra
sea una terea obligatoria por quienes concibieron el coctel en matriz. Deben
realizar un proceso de control de todas las fases de ejecución del coctel,
intervenir en el control de calidad de la materia, prima, las correcciones de
sabor, y la defensa de la carta. Que lo que no son tornillos, mantengan al
menos una estandarización del concepto de sabor que lo llevo a su creación, y
por el que existen en esas cartas.
Al final, la cocina ha encontrado otra forma de expresión,
que es la coctelería o cocina liquida, y como tal, debe nutrirse de ella, no
solo en gestión o creación, sino en su forma de control de los sabores que van
en esos platos. Quizás una tarea complicada, pero no imposible, mantener la
esencia, debe ser siempre el objetivo de la coctelería. En tiempos donde otros
elementos que acompañan al plato pueden llegar a confundir al consumidor en
cuanto al verdadero examen del mismo, el profesional debe construir sus
cocteles, a través de la importancia del sabor como principal elemento en la
construcción.
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